martes, 14 de abril de 2009

¿Qué hacer cuándo te vas de vacaciones?

Esa es una pregunta que se deben de hacer muchas personas que tienen mascotas en casa. Y menudo quebradero de cabeza. Al menos para mí.
Tenía que irme de viaje por unos días y no había nadie con quien pudiera dejar a Stitch. Cuidar un hurón no es que sea difícil, pero digamos que sus cuidados requieren mucha atención y conocimientos por parte del cuidador. Y no suele ser una mascota común. En resumidas cuentas, nadie de confianza se atrevía a cuidar a Stitch por unos días. Que si no saben cómo sujetarlo, cómo jugar con él, cómo sacarlo de la jaula, que si le puede pasar algo... Lo típico. Pero lo entiendo. Son personas de confianza que no quieren hacer algo mal o dañar a una de las cosas que más quiero. Pero lo que no entiendo es a los que se autodenominan "cuidadores profesionales" o "especialistas en animales" y poco tienen de eso. Al menos poco tienen de sentido común y de humanidad.
Como nadie de mi familia o amigos se atrevían a hacerse cargo de mi hurón, busqué residencias de animales. Como era de esperar, todas eran residencias caninas o también de gatos. Encontré una que aceptaba todo tipo de animales, siempre y cuando se les diera a los cuidadores las instrucciones precisas sobre las atenciones que requería la mascota. La Residencia Oasis.
Así que unos días antes de mi viaje, me subí a mi coche y puse rumbo a esa residencia. Llegué y toqué el timbre. La puerta se abrió y vi distintas parcelitas con sus piscinas y casitas, y perros y más perros ladrando. Todo estaba limpio y ordenado. Entré y pregunté por precios y sobre los servicios que ofrecían. Genial: ofrecían servicio de entrega a domicilio. Perfecto. Yo llegaba de mi viaje unas horas después del cierre de la residencia, un sábado. Con ese servicio de entrega a domicilio, podría estar con mi Stitch el resto del fin de semana, y no esperar hasta el lunes para recogerlo. Sólo por 8€ (y los 9€ diarios... porque me cobraron por Stitch como si fuera un gato). Me contaron que ya habían tenido en otras ocasiones hurones y que sabían cómo cuidarlos. Eso me tranquilizó.


Después fui a ver otra residencia. Sólo tenían allí perros y nunca habían tenido hurones. Pero estaban dispuestos a cuidar de Stitch, siempre y cuando les dejara unas claras instrucciones de los cuidados necesarios. Y el precio era más económico: 7€ diarios.
No obstante, el que hubieran tenido con anterioridad hurones y supieran cuidarlos, me daba cierta tranquilidad. Y la verdad es que estaba mejor la residencia Oasis en cuanto a las instalaciones. Además era la única que ofrecía el servicio de entrega a domicilio. Si elegía, en cambio, la otra residencia, tendría que esperarme hasta el lunes para recoger a mi hurón.
Decidido. Residencia Oasis. El día del viaje dejé a Stitch conteniendo las lágrimas. Era la primera vez que dejaba a mi huroncito en manos ajenas y la primera vez que me separaba de él. Bueno, puede que suene ridículo. Pero sorprendentemente fue así, me fui muy afectada y triste. Sobre todo al ver cómo me miraba con sus ojitos a través de los barrotes de su jaula, con angustia, mientras me alejaba.
Pasaron los días y llegué a casa. Estaba ansiosa. Había echado mucho de menos a Stitch. También estaba intranquila. No sabía realmente cómo lo habrían cuidado. Les dejé un papel con todas las instrucciones sobre los cuidados básicos del hurón. Pero nunca se sabe. Llegué a casa y... Vi el desastre. La jaula ya no era jaula. Se había convertido en una piscina, llena de caca, pis y no sé que otras porquerías. El comedero obviamente sucio. El arenero flotando en el "agua" de la jaula. El pobre Stitch dormía en su hamaca, agitado. ¿Qué demonios había pasado ahí? Faltaba el bebedero. ¿Dónde estaba el bebedero? Ah, sí, fuera, sobre la jaula. Por si le da sed al huroncito, que no pueda beber. Y la puerta... La puertecilla delantera de la jaula estaba medio rota. Me contó mi suegra (que fue la que se encargó de esperar al camión de reparto de mascotas) que el conductor le había dicho que se les había escapado un gato. ¿En serio? Pues teniendo en cuenta que los barrotes de la jaula, el comedero de la jaula, el arenero de la jaula, la hamaca de la jaula... y Stitch! estaban llenos de mechones de pelo blanco larguísimos (mi hurón es sable... así que no eran suyos), estaba muy claro que habían metido al gato que se había escapado en mi jaula, poniendo en peligro a mi hurón, al poner dos animales de dos especies distintas y en un estado de gran agitación y estrés juntos. Mi Stitch es totalmente manso y no sabe defenderse. Pero un gato siempre tiene su instinto y tiene unas buenas uñas (lástima que le corté las uñas unos días antes de dejarlo en la residencia). Dios sabe lo que le podría haber hecho o le podría haber contagiado alguna enfermedad. Además ese pis y esa caca que flotaba en la piscina en la que se había convertido la jaula, no eran de hurón. Olían a gato.
Estaba que me subía por las paredes. Fui a sacar de ese infierno a Stitch, y a tranquilizarlo. Al sacarlo, estaba débil. Y apenas pesaba. Había perdido mucho peso. No tenía fuerzas. Me empecé a preocupar muchísimo y mientras iba pensando en demandar a los de la residencia Oasis. Rápidamente le di un puñado de comida nueva y empezó a comérsela como loco. Se comió en menos de 1 cuarto de hora dos buenos puñados de comida. Seguido de otro cuarto de hora bebiendo agua. Después no se quería separar de mis brazos. Sólo quería que lo acariciara, mientras se quedaba dormido en mi regazo.
Me llevó más de una hora vaciar todo el líquido de pis, agua y heces que había en la jaula, limpiar y desinfectar tanto la jaula, como el comedero y el arenero y sacar todos los mechones de pelo blanco felino que había.
Pensaba ir hoy a quejarme, pero pensé que no ganaría nada. Sólo conseguiría acabar más cabreada, sin mi dinero, perdiendo el tiempo y con menos gasolina en mi coche, tras recorrer los 15 km que separan la residencia Oasis de Sevilla.
Así que si hay algún huronero que pensaba dejar su animalito en manos desconocidas... tened mucho cuidado. Buscad referencias.
Asimismo os animo a que pongáis links o nombres de residencias para animales exóticos/propietarios que deseen sacar un dinerillo extra comprometiéndose a cuidar de algún hurón temporalmente, no sólo de Sevilla sino de cualquier parte del mundo, para poder así ayudar a todo aquel que lee este blog y esté interesado.

1 comentario:

  1. Que cabrones...
    Estaba buscando una residencia en sevilla para dejar a mi huron, pero veo que va a estar dificil.

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